viernes, 11 de abril de 2014

Plaza Roberto Arlt

Ubicada en el corazón del microcentro porteño, más precisamente en el barrio de San Nicolás, la plaza Roberto Arlt es quizás una de las que cuenta con mayor cantidad de cemento de Buenos Aires.


La mayoría de la gente que transita por ella son oficinistas que trabajan en las cercanías, tal es así que durante el mediodía se puede ver mucha gente comiendo en los bancos de cemento o en las escalinatas que se encuentran en derredor. Desde un tiempo atrás han inaugurado una feria artesanal en su interior, pero con poco éxito pues los sectores aparecen escasos de artesanías y de elegancia.


En ciertas ocasiones he reflexionado si los visitantes efímeros que caminan por allí, ya sea para cruzar de Esmeralda hacia Av. Rivadavia, o para ir a almorzar y tomar un poco de aire, se preguntarán quién fue Roberto Arlt. Bueno, llegamos al momento de repasar la historia, por eso en este espacio dejaré una pequeña reseña de uno de mis escritores favoritos.

Su nombre completo era Roberto Godofredo Christophersen Arlt (¡vaya que nombre!). Se sabe que nació en Flores en el año 1900 del mes de abril, pero no está muy claro el día. Podríamos decir que fue el día 2. De todas maneras fue él mismo quien se encargó de crear confusión sobre su fecha real de nacimiento.

Trabajó como periodista y escribió muchísimo a lo largo de su corta vida. Murió un 26 de julio de 1942 en Buenos Aires, de un paro cardíaco, tenía 42 años.

Entre otras cosas escribió novelas, cuentos, obras de teatro y aguafuertes. Fue un autodidacta empedernido, lector desordenado de pésimas traducciones, leía cuanto libro caía en sus manos,  y siempre llevó como bandera la falta de respeto por las reglas.

Entre sus obras literarias más destacadas se pueden mencionar las siguientes:

Novelas: El juguete rabioso (1926), Los siete locos (1929), Los lanzallamas (1931).
Cuentos: El jorobadito (1931), El criador de gorilas.
Teatro: Trescientos millones (1932), Saverio el cruel (1936).


Sus obras están bañadas de personajes marginales y rebeldes que viven en lugares llenos de pobreza y humillación. Esos submundos los supo retratar como ningún otro escritor dentro de la literatura argentina. Escribió como vivió. Conoció y se hundió en profundidades donde no cualquiera puede descender y salir airoso.

En 'Los siete locos', su obra más lograda según la mayoría, plasma la impotencia del hombre frente a una sociedad que lo oprime y lo lleva a traicionar sus ideales.

Se decía que escribía mal porque no tenía una formación docta, y por eso fue marginado por la élite literaria de su época. Hoy por hoy cualquiera puede encontrar errores de gramática o de sintaxis entre sus páginas, pero nadie es capaz de escribirla y expresarla como lo hizo él.

Por todas sus obras, por su talento y por mucho más, tal vez correspondería saber quién fue Roberto Arlt, y al pasar por aquella plaza no estaría de más recordarlo con admiración y orgullo.


Hoy la plaza no está en muy buenas condiciones, siquiera hay un cartel indicando su nombre. Lo único que puede verse es un pedazo de madera pintado a mano, que reza: "Feria artesanal Roberto Arlt".

Por respeto a nuestro gran escritor argentino, este lugar debería mantenerse más cuidado, más limpio y menos abandonado.



Fotos: